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La cafetería Pavón acoge durante este mes de julio en calatayud una exposición sobre la Contradanza de Cetina

La cafetería Pavón acoge durante este mes de julio en calatayud una exposición sobre la Contradanza de Cetina

VIERNES, 9 DE JULIO DE 2010


LA COMARCA Calatayud


La Contradanza de Cetina es un baile que cada 19 de mayo, si hay contradanceros suficientes, se lleva a cabo hacia la media no­che, en la plaza del pueblo de esta localidad y con la única ilu­minación de las hachas de tea. Como decorado, el castillo-pala­cio de Cetina y sus murallas en la plaza principal del pueblo. Una melodía monocorde y los trajes blancos y negros de 8 con­tradanceros, con el contrapunto rojo y blanco del personaje del diablo.
Los fotógrafos bilbilitanos Ri­cardo Cortés y Juan José Ceama­nos, nos muestran durante este mes julio, en la cafetería Pavón de Calatayud, una selección de 14 instantáneas pertenecientes a una colección de 100 fotos sobre la Contradanza de Cetina en los años 2009-2010.

Juan José Ceamanos, autor de varias de las fotografías de esta muestra y presidente de la Aso­ciación Fotográfica Bilbilitana "José Verón" ha explicado que esta colección no es una mera re­producción fotográfica de esta ancestral tradición, que hunde sus orígenes en tiempos prerro­manos, posiblemente celtas, sino que con estas imágenes se trata de profundizar en el sentimiento más íntimo de los propios con­tradanceros, que recuerdan como sus madres les acunaban o les consolaban tarareándoles la melodía monótona de la Contra­danza. Y a través de ellos, ahon­dar en las profundidades de la tradición antigua, que pudo cele­brarse en sus inicios en un claro del bosque bajo la luna llena, trasladándose posteriormente hacia el siglo XVII a los salones de palacio.

Por otro lado, se intenta desta­car el movimiento, sobre todo del diablo, que es el único perso­naje que no para en la hora y me­dia que puede llevar toda Con­tradanza. La dificultad técnica es notable, ya que la luz es la esen­cia de la fotografía y por lo tanto, en ausencia de ella, como es el caso durante la Contradanza, el nivel del reto es muchas veces inconmensurable, puesto que en ninguna de estas fotos se ha uti­lizado ni flash, ni trípode.

Una miscelánea de luces y sombras, color y oscuridad, lo presente y lo pasado, la tradición conservada a veces con dificul­tad y sobre todo, el sentimiento profundamente cetinero de per-tenencia y orgullo por poseer, como pueblo, un legado milena­rio de un valor incalculable en un tiempo en el que todo pasa casi sin haber visto apenas la luz. A la presentación de esta exposi­ción en la cafetería Pavón asistie­ron tres de los contradanceros que este año representaron en Cetina esta tradición ancestral.

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