Hoy 20 de mayo en Heraldo: Danzantes y contradanceros honran al patrón de Cetina en una multitudinaria celebración
Su coincidencia en sábado llenó de gente las calles del pueblo en la primera fiesta tras ser declarada bien de interés cultural inmaterial
CETINA. Gran día con los danzantes y mágica noche con la contradanza. Así fue la jornada que ayer vivieron los vecinos y visitantes de Cetina, que celebró la fiesta de su patrón, San Juan Lorenzo. Una celebración que, un año más, estuvo muy concurrida -más aún por su coincidencia en sábado- y que en esta edición contaba con el valor añadido de ser bien de interés cultural inmaterial, una declaración que obtuvo el pasado enero.
El blanco y el rojo son los colores que visten a los danzantes que, por la mañana, con su baile y sus paloteaos elogiaron al santo. Sandra, Gema, Andrés, Pablo, Rosana, José Enrique, Rodrigo y Raúl tuvieron ese honor, guiados por Mercedes Monge y Nuria Lezcano, que volvieron a ser el zagal y el mayoral por segundo año.
«Ya lo hicimos el año pasado las dos juntas», contaba Nuria. «Es muy emocionante porque mi abuelo ya bailó el dance, yo fui danzante y ahora soy mayoral», explicó calzada con albarcas, pantalón, chaqueta oscura, camisa faja y gorro de piel. Mercedes destacó el significado que tiene participan «No solo es bailar el dance, sino bailarle al santo. Sientes emoción, nervios y alegría
Con once años, el danzante Raúl Polo se mostraba encantado. «Me gusta todo, el baile, el pasacalles… Al principio es complicado aprenderse lo que tenemos que decir, comentaba».
Casi dos horas se tarda en ataviar a estos chiquillos con medias de ganchillo, enaguas almidonadas, saya decorada con cintas, faja y grandes lazos atados atrás, zapatillas blancas con adornos rojos y un lazo del mismo color en la cabeza con un clavel.
El ritual que marca la tradición es que después de recoger las varas de la cofradía, danzantes, zagal, mayoral y acompañantes vayan a buscar al alcalde. Y así se hizo. Después, en la iglesia recogieron a los curas y las peanas de la virgen de Atocha y de San Juan Lorenzo. De camino a la plaza, los danzantes abrieron el paso al santo y avanzaron por las calles bailando hacia atrás para no dar la espalda al patrón.
El zagal, encargado del cuidado del ganado del mayoral, relata en su intervención lo acaecido durante el año, y el mayoral, recuerda la vida de San Juan Lorenzo, a que también se refirieron los danzantes en los versos que pronunciaron entre los aplausos de muchísimo público. «Al caer en sábado se ven un montón de caras que hacía años que no veía. Es gente que vive fuera de Cetina. Es un día para volver al pueblo», señaló el alcalde, José Miguel Velázquez.
Al cierre de esta edición, estaba previsto que comenzara la contradanza. Los atuendos de los encargados de escenificarla son en blanco y negro. La luz de las antorchas ambienta la plaza de la Villa, en la que los movimientos de los ocho contradanceros y el diablo se suceden ante la atenta mirada de los asistentes. El bien y el mal, la vida y la muerte, el fin del invierno y el inicio de un nuevo ciclo vegetativo se entremezclan en esta danza que se compone con las mudanzas o figuras humanas que conforman los participantes.
SILVIA LACÁRCEL
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