ADIÓS A UN HUMANISTA DE REFERENCIA: Jose Luis Sampedro
"Zaragoza tiene dos zetas, la de la nobleza y la de la entereza"
Sampedro era Hijo Adoptivo de la capital aragonesa y de Alhama de Aragón y un amante de Jaca
MARÍA VALDOVÍN 10/04/2013
Jose Luis Sampedro dejaba el domingo huérfanas a las letras españolas, también a la economía y al humanismo, pero además, dejaba sin un querido retoño a la ciudad de Zaragoza. La capital aragonesa le había hecho Hijo Adoptivo en 2008, varias décadas después de acogerlo durante su adolescencia en el internado de los Jesuitas. En aquella ocasión dijo de Zaragoza que era "una ciudad con dos zetas, la de la nobleza y la de la entereza". El consejero de cultura del Ayuntamiento, Jerónimo Blasco, rememora la data del reconocimiento, "que fuera nombrado Hijo Adoptivo en 2008 no hace sino convertir este año en una fecha aún más emblemática para nuestra ciudad". Del Premio Nacional de las Letras destaca: "Si tuviera que quedarme con algunos rasgos de su figura serían sin duda su valentía, su sensibilidad y humanidad, su tenacidad, su integridad y su incansable afán de justicia". "La luz que nos deja José Luis Sampedro se impone a la triste sombra de su muerte y es en torno a aquella donde todos debemos reunirnos. En torno a su legado literario, intelectual y cultural, pero también en torno al político, cívico y humano", apostilla.
LA INSPIRACIÓN DE ALHAMA La tierra de Alhama de Aragón también le adoptó como hijo en el año 2003. El escritor llevaba más de cuatro décadas visitando sus famosos balnearios y la belleza de sus parajes; era su lugar de reposo e inspiración. Hoy, la localidad zaragozana ondea sus banderas a media asta con crespones negros que anuncian el día de luto. El académico de la lengua definió a Alhama como "la correspondencia de un amor de toda la vida" y precisamente en las Termas Pallarés, a las que solía acudir año tras año, conoció a su segunda esposa, Olga Lucas Torres. Alhama, además, acogió su enlace cuando el escritor tenía 86 años.
Pedro Antonio López Galindo, conocía a Sampedro desde su infancia. El vecino de Alhama destaca su carácter "cercano y amable" y los "gratos recuerdos que ha dejado en la localidad" que también le dedica una de sus plazas. Asimismo, rememora su brillante concepción de la economía, ya que "anteponía las personas a los números".
Los rincones de Alhama sirvieron como musas al escritor y en ellos se recreó para construir algunas de sus novelas como El río que nos lleva. Sampedro declaró: "necesitaba inspirarme para describir el paisaje de mi libro". Las palabras que el autor dedicó a la localidad siempre eran virtuosas, "me sienta muy bien pasar unos días en este pueblo y seguiré viniendo hasta que pueda". También llegó a desvelar: "Me recuerda mucho a mi infancia y a la época que permanecí sumido en la vida rural del pueblo de Cihuela (Soria)".
Jaca es el tercer rincón aragonés que ocupaba un espacio en el corazón de el barcelonés. El intelectual conoció el municipio oscense en el año 2006 y quedó tan prendado de la localidad que se convirtió en su lugar de veraneo en el que pasaba largas temporadas estivales. Concha Jiménez, exconcejala de cultura de Jaca y amiga del escritor, recuerda cómo Sampedro descubrió la ciudad: "desde el ayuntamiento habíamos organizado un programa dedicado a las mujeres de los escritores de la Generación del 50, como José Hierro o Juan Goytisolo. Sampedro siempre fue independiente a los de su generación pero igualmente invitamos a su esposa Olga, a lo que ella aceptó encantada. La gran sorpresa vino cuando antes de celebrarse el encuentro con ella el propio escritor nos telefoneó para preguntar si podría venir. ¡Por supuesto que podía!". Desde entonces, como destaca Jiménez, "la vinculación ha sido absoluta". Su amiga revive con las palabras al Sampedro "amigo de una educación y delicadeza exquisitas". "Le encantaba pasear por las canteras y tomarse un Campari en la Terraza del Fau con mi marido", recuerda la esposa del poeta Francisco Ferrer Lerín.
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